2 diciembre, 2024

Fibrocemento: Consejos para la reparación de tuberías

El fibrocemento es un material que surge de la combinación de cemento con fibras de amianto; durante un largo tiempo se utilizó de forma predilecta en diferentes áreas de la construcción, así como en la fabricación de piezas y estructuras, como es el caso de las tuberías.

Se habla en pasado, porque una vez conocida la peligrosidad del amianto, mediante diferentes instrumentos legales se ha prohibido su utilización en más de 50 países.

Ahora bien, el problema con las fibras de amiento empieza cuando estas se dispersan en el aire, por ello, hay una característica física que nos resulta de gran ayuda para entender el comportamiento de dicho material y las formas en que, al entrar en contacto con él ponemos en riesgo nuestra salud.

Dicha característica es la friabilidad, que no es otra cosa que la facilidad con la que un material libera las fibras de amianto contenidas en él. En este sentido, serán friables, aquellos que las liberen con un simple contacto, como la acción de removerlas con la mano; y entendemos por no friables, los materiales que requieran de procedimientos específicos para poder liberarlas.

Asunto de expertos

A pesar de estar prohibido su uso, todavía quedan muchas edificaciones que disponen de tuberías de fibrocemento. Es por ello, que el problema, pese a ser directamente atacado con la prohibición de su uso, continua siendo motivo de atención.

En este sentido, cuando es necesario repararlas no podemos proceder como si se tratara de un grifo y pedirle a nuestro esposo o algún vecino que solvente la situación.

Al contrario, es fundamental que la reparación de las mismas quede en manos de un personal altamente calificado, que disponga de los equipos de protección adecuados, así como de los conocimientos para hacer uso apropiado de las máquinas.

Una persona inexperta, podría utilizar los utensilios necesarios, pero de forma errónea, ya que se requiere de audacia en procedimientos como el corte de la tubería, para emitir la menor cantidad de polvo posible.

En todo caso, si tenemos el miedo de haber entrado en contacto con el fibrocemento, no dudemos en acudir inmediatamente al médico para ser orientados sobre las medidas apropiadas a seguir.

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